59. Cuento popular castellano
Cierto día un sapo se dispuso a
brincar un arroyo. Y estuvo pensándolo tres años antes de dar el brinco. Y
cuando ya le parecía que estaba dispuesto, dio el salto y, en vez de pasar al
otro lado, se cayó en medio del arroyo. Entonces dijo el sapo:
-Esto ya lo sabía yo: que las cosas de
prisa nunca salen bien.
Peñafiel,
Valladolid. Narrador LXV, 20 de mayo, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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