Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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sábado, 30 de junio de 2012

Juan soldao y san pedro


210. Cuento popular castellano

Andaban Dios, San Juan y San Pedro por el mundo. Y Juan Soldao venía del servicio. Y le habían dao tres cuartos y tres tercios de pan. Y para experimentarle, dijo Dios a San Juan y San Pedro:
-A ver si tiene buena voluntad. Y le dice a San Juan:
-Sal a pedirle una limosna. Sale San Juan.
-Buenos días, militar. Una limosna, por Dios.
-Bueno...
Y le dio un cuarto y un tercio de pan. Más alante sale San Pedro:
-Buenos días, militar. Una limosna, por Dios.
-¡Aquí todos son pobres! -dice. Y le dio otro tercio y otro cuarto.
Ya, como sabía el Señor que le quedaba un cuarto y un tercio de pan, dice:
-Ahora voy yo.
Salió el Señor y le dice:
-Buenos días, Juan Soldao. 
-Buenos días.
-Una limosna, por Dios.
Fue y le dio el cuarto y el tercio de pan que le quedaba. Y decía Juan Soldao:
-Pronto llegaré al pueblo. Pues, me tienen que socorrer.
Y entre más andaba, más lejos estaba el pueblo. Bueno, más alante vuelve a salir San Juan:
-Una limosna, por Dios.
Y le dice Juan Soldao:
-¡No hay una limosna, por Dios! ¡Estamos arreglaos! Arrí­mate a mí, que ya somos pobres los dos.
Entre más andaban, más lejos estaba el pueblo. Y ya no podía andar cuasi Juan Soldao. Más alante sale San Pedro:
-Una limosna, por Dios.
-¡Papo, no hay pocos pobres! Arrímate a nosotros, que ya somos pobres los tres.
Más alante sale Dios a pedir otra limosna. Y también se junta a ellos. Y entre más andaban, más lejos estaba el pueblo. ¡Sí! Y le dice el Señor a Juan Soldao:
-Ahí hay una piara de ovejas. Vete, y nue te den el mejor cordero que tengan.
Y ice Juan Soldao:
-¡Na más llegar, y me van a dar el mejor cordero!... Llega a la telera, y ice:
-Buenos días, pastor.
Y el otro:
-Buenos días.
Ice:
-Aquellos pobres me dicen que les des el cordero mejor que tengas.
Va el pastor, brinca la telera, y le da el mejor cordero, blanco. Y dice Juan Soldao:
-¡Qué bueno es!
Y en seguida apareció el pueblo.
Bueno... Y los cuatro, Juan Soldao, San Juan, San Pedro y Dios, iban a la posada para comer el cordero. Hicieron la cere­monia de que iban a pedir, y en ese medio, mientras ellos iban a pedir, Juan Soldao mandó preparar el cordero. Y cuando esta­ba preparado, se comió la asadura. Vuelven los otros, y sigún estaban comiendo el cordero, dice San Pedro:
-Y, ¿la asadura? ¿Quién la ha comido?
Y se calla Juan Soldao. Comieron lo que quisieron, y sobró mucho. Y va y dice Juan Soldao:
-Meteré en la mochila lo que sobra, no me fastidien como la otra vez, que estaba el pueblo mu lejos.
Conque los otros, que lo dejara, que lo dejara, y lo dejaron. Echaron a andar otra vez. Y sigún van andando, menos encontra­ban. Y llegaron a un río, y pa pasar más pronto, le dice Dios a Juan Soldao que tienda el capote y pase el río. Y dice Juan Soldao:
-No, que pase éste.
Y San Juan tendió el manto y pasó. Y dice San Juan desde el otro lado:
-¡Que pase ahora Juan Soldao!
Y dice otra vez Juan Soldao:
-¡Que pase éste (San Pedro)!
Y claro, tendió el manto San Pedro, y pasó. Y dicen San Pedro y San Juan:
-¡Que pase ahora Juan Soldao!
-No -dice Juan Soldao-. ¡Qué pase éste!
Y fue el Señor, tendió el manto y pasó. Bueno, sólo quedaba él. -¡Que pases, Juan!
Y fue Juan, tendió el capote, y al medio río, ¡pun!, chapuco. Y le dice Dios:
-¿Quién se ha comido la asadura del cordero? Y él se ahogaba y no decía nada.
Bueno, pues ya le sacaron, y pasó. Va y dice el Señor:
-Éste no dice la verdad.
Y pusieron cinco talegas de dinero. Y eran cuatro ellos. Y dice el Señor:
-Uno pa ti; uno pa ti...
Los cuatro. Y el que sobraba, dice el Señor:
-Éste es pa el que se haya comido la asadura. Y va y dice Juan Soldao:
-He sido yo.
¡Claro! ¡Por el interés del dinero!
Subieron todos al cielo, y;Tuan Soldao le ida al Señor que no le pide más que cuando juegue a las tabas, siempre haga carne, por ganar él. Bueno, pues le dieron unos cuartos, y se salió del cielo Juan. Y para experimentarle, la primera vez que jugó, hizo culo, y lo perdió todo. Y dice Juan Soldao:
-Allá voy, allá arriba.
Y llama a las puertas del cielo. Dice San Pedro:
-¿Quién es?
-Tu amigo, Juan Soldao. ¡Abre! Dice San Pedro:
-No tengo orden.
-¡Abre, que sus traigo una calabaza de vino!
Y como le gustaba el vino, le abrió la puerta, y ¡adentro! Y le dice San Pedro al Señor:
-¡Ahí está Juan!
-Y, ¿cómo le has dejao entrar?
-Me dijo que me traía una calabaza vino, y le he dejao entrar. Y dice el Señor:
-Como es tan jugador, le das otros cuartos, coges las tabas, y le sacas fuera.
Dice San Pedro a Juan Soldao:
-¡Tanto a carne, y tanto a culo!
Como salió a jugar, salió Juan Soldao. Cerró la puerta San Pedro, y quedó Juan Soldao fuera. Y se acabó.

Tordesillas, Valladolid. Narrador IX, 3 de mayo, 1936.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

058. Anonimo (Castilla y leon)

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