102. Cuento popular castellano
En el partido de Astudillo, provincia
de Palencia, las niñas, en una de sus múltiples variantes del juego del
escondite, emplean una rima llamada María Dura. Esta variante, descrita a
continuación, se llama jugar a María Dura. La rima está tomada del cuento
popular La asadura del muerto (Núms 94-101) [1].
En el juego referido, una de las niñas
hace de María Dura, otra de madre y las demás de hijas. La madre y las hijas se
esconden en una habitación oscura, sin luz alguna, quedando fuera de la
estancia la que hace de María Dura (la que luego habrá de buscar a las
escondidas). Desde fuera la que hace de María Dura dice:
-¡Ay, María dura, que te como la
asadura!
Las hijas, desde dentro, donde están
escondidas, dicen:
-¡Ay, madre! ¿Quién será? Y contesta
la madre:
-¡Callai, hijas, callai, que ya se
marchará! La de fuera responde:
-¡No me marcho, no, que en la primera
escalera estoy! Luego comienza de nuevo:
-¡Ay, María dura, que te como la
asadura! Las hijas:
-¡Ay, madre! ¿Quién será? La madre:
-¡Callai, hijas, callai, que ya se
marchará! María Dura:
-¡No me marcho, no, que en la segunda
escalera estoy!
Luego vuelve:
-¡Ay, María dura,
que te como la asadura! Las hijas:
-¡Ay, madre! ¿Quién será? La madre:
-¡Callai, hijas, callai, que ya se
marchará! María Dura:
-¡No me marcho, no, que en la tercera
escalera estoy! [2] Y otra vez:
-¡Ay, María Dura, que te como la
asadura! Las hijas:
-¡Ay, madre! ¿Quién será? La madre:
-¡Callai, hijas, callai, que ya se
marchará! María Dura:
-¡No me marcho, no, que en la puerta
de la habitación estoy!
Abre la puerta, entra y busca a las
escondidas. Coge a una de los pelos, y ésta queda de María Dura (el castigo).
Astudillo,
Palencia. Niñas
de la Escuela
Nacional , 13 de mayo, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
[1] Dada la
estrecha relación que existe entre los cuentos populares y la vida de los niños
no es extraño que elementos de estos cuentos se hallen incorporados a los
juegos infantiles. En el consejo de San Martín de Oscos, sito en el Occidente
de Asturias, los muchachos, para jugar al escondite, emplean una rima llamada
Los chirlos-mirlos, tomada, a su vez, del cuento popular del mismo nombre
(Ampudia, CA, p. 193).
[2] La que hace de María Dura puede alargar o acortar a
voluntad esta serie de rimas («¡que en la cuarta escalera estoy!», etc.); pero
no puede entrar en la habitación donde están las compañeras escondidas sin
anunciar, «¡...que en la puerta de la habitación estoy!».
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