374. Cuento popular castellano
Era un pastor que era muy tonto, y su mujer
era muy lista. Y tenían dos muchachos. Y se iba el marido todos los días a guardar
las ovejas. Y un día, estando con el ganado, se encontró un maletín. Le pegó
una patada, y como sonaba, dijo:
-¡Coño! ¿Qué es esto? .
Y lo abrió y salieron muchas monedas y duros.
Y dijo él:
-¡Coño! ¡Tiene redonchos! Los voy a llevar pa
que jueguen los niños.
Y se llevó cuatro o cinco. Y llegó a su casa
y se los, enseña a la mujer:
-Mira, Mariquita, lo que te traigo, para que
jueguen los muchachos. ¡Redonchos!
-¿Dónde estaba esto?
-Pues, en el prado de tal.
-Y ¿había muchos?
-Allí había un trasto que le pegué una
patada, y, ¡coño!, ¡redonchos, que los voy a llevar pa los niños! Y dijo ella:
-Si había muchos, pues vamos a por ellos.
Y se fueron a por ellos y los trajeron todos
a casa. Y la mujer, como era mu lista, compró unos chismes, como buñuelos de
viento, se subió al tejado, y comenzó a tirarlos por la chimenea. Y el marido,
que estaba en el hogar, pos voceaba a la mujer:
-¡Mariquita, que llueve buñuelos! ¡Mariquita,
que llueve buñuelos!
Y ella no le hizo caso. Luego se salió a la
cuadra, en la cual tenían un borrico, y puso una mesa, con un santo y dos velas
encendidas. Y salió el marido a la cuadra, y al encontrarse con el borrico
ante la mesa, voceó a Mariquita otra vez:
-¡Mariquita, que está el burro diciendo misa!
¡Mariquita, que está el burro diciendo misa!
Y ella no le hizo caso. Al otro día el marido
almorzó y marchó al campo como de costumbre. Y estando con el ganado, llegó un
señor montando un caballo, y le dijo:
-Oiga, pastor, ¿no habrá visto usted por aquí
quien se ha encontrado un maletín?
-Ah, no, señor, no, sé quién se lo habrá
encontrado, como no sea un trasto que le di ayer una patada y salieron unos
redonchos, que cogí cinco o seis pa que jugaran los chicos, y luego me hizo
venir Mariquita a por todos.
Ah, pues, entonces sí -dijo el señor-. ¿Usted
no tendría inconve-niente en ir a casa a enseñármelos?
-No, no, señor.. Yo lo que Mariquita diga.
Y dejó el ganado . a otro pastor que había
allí cerca, y se fueron los dos a casa del pastor. Al llegar. a la puerta, dice
el pastor:
-¡Oye, Mariquita, a ver esos redonchos o esos
trastos que trajimos anoche tú y yo!
-¡Pero qué redonchos ni qué demonios!
-Pero mujer, ¿no te alcuerdas cuando traje
cuatro o cinco redonchos pa los chicos, y me dijistes que si había más y fuimos
por ellos?
-¡Pero tú no estás en tu sano juicio, hombre!
Pero ¿cuándo he ido contigo a por redonchos ni por ninguna cosa? Y dice el
marido:
-Pero ¿no te alcuerdas cuando llovía buñuelos
y el burro estaba diciendo misa?
Y dice el otro señor:
-¡Quede con Dios, señora, que bastante
desgracia tiene!
Coca,
Segovia. Isidro Martín. 7 de abril, 1936. 30 años
(entrevistado en Navas de Oro, Segovia).
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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