316. Cuento popular castellano
Era una viuda que tenía una sola hija. Tenía
perras; pero la hija era muy fea. Y todos los días iba a rezar ante un Santo
Cristo. Y le decía:
-Cristito, patitas, manitas, cara de cielo,
Lo que te pido es que me des un buen yerno.
Y entonces el sacristán, que la oyó un día,
se escondió detrás del Santo Cristo, y cuando fue ella con las súplicas de
todos los días, contestó el sacristán:
-Que se case con el sacristán.
Y ella, creyendo que era el Santo Cristo el
que la había contestado, lo tomó en consideración e hizo todos los posibles. Y
se casó la hija con el sacristán.
Pero como él era un vago y lo que buscaba
eran los cuartos, se dio prisa a gastarse los cuartos y les daba mala vida a
ellas. Y entonces la suegra, desesperada, se fue donde el Santo Cristo y empezó
a denostarle:
-Cristazo, patazas, manazas, cara de cuerno,
¡como tíenes la cara me diste el yerno!
Burgos,
Burgos. Ecequiela Manero. 1 de junio, 1936. 50 años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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