Hacía una semana que la
profesora de Daniel, había anunciado en clase que iban a irse de excursión al
zoo.
Desde aquel día Daniel y
sus amigos habían estado contando los días, pues la idea de pasar una jornada
viendo animales les parecía algo estupendo.
Por fin había llegado el
gran día. De camino al zoo todos los niños iban cantando canciones y
pasándoselo genial.
Al llegar al zoo, un
señor les estaba esperando, era el guía y se encargaría de enseñarles todo el
zoo y de explicarles cosas sobre los animales.
El zoo era muy grande y
había todo tipo de animales. Daniel y su amigos estaban entusiasmados, entre
los animales que habían se encontraban, los fieros leones, los dormilones osos,
los grandes elefantes, las altísimas jirafas, los simpáticos pingüinos, los
amistosos delfines, los divertidos monos...Cada animal tenía algo de especial y
todos están disfrutando del paseo.
De pronto sonó una voz de
alarma, uno de los monos se había escapado de la jaula e iba corriendo y asustando
a la gente por todo el zoo.
Los cuidadores del zoo
intentaban cogerle pero no podían, entonces Daniel y sus compañeros, decidieron
unirse a la captura y por fin le cogieron.
Los cuidadores se
pusieron muy contentos y le dieron las gracias a Daniel y sus compañeros, como
recompensa por su ayuda, el dueño del zoo les invito a bañarse en la piscina
con los delfines.
Todos los niños empezaron
a gritar y reír de alegría y de esta forma pasaron la tarde, jugando y
divirtiéndose con los delfines.
Para Daniel y sus
compañeros este fue el mejor día de su vida.
999. Anonimo
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