Erase un padre que tenía tres
hijos. Un día, el mayor dijo al padre:
-Querría ver mundo y conseguir
fortuna. Dame tu bendición.
El buen padre, con su bendición, le
regaló un barquito de oro para que hiciera el viaje. El muchacho navegó durante
mucho tiempo, hasta un país lejano, donde desembarcó.
Cuando encontró posada, hizo que le
llevaran el barco hasta su alojamiento. Luego se fue a recorrer la ciudad y así
pasó ante el palacio del rey, y vio un cartel en la puerta, que decía:
"En este palacio está
escondida la hija del rey. El hombre que la encuentre se casará con ella."
El muchacho solicitó ser recibido,
habló con el monarca y éste le dijo:
-Esta bien: quédate en palacio,
pero si dentro de tres días no has encontrado a la princesa, jamás podrás
salir.
Pasaron los tres días y el joven no
había encontrado a la muchacha. Entonces los guardias le hicieron prisionero y
le llevaron a un calabozo, donde encontró a otros jóvenes que habían pretendido
a la princesa.
999. Anonimo
No hay comentarios:
Publicar un comentario