Aquel año las fiestas de
Gusanolandia iban a celebrarse con gran esplendor y el ciempiés pensó que no
podía presentarse como un pobretón. Así que se compró una capa de raso verde,
bordada de margaritas. Muy ufano, pasó después por la zapatería.
Canuto Redondo, el dueño, se quedó
atónito ante tan excepcional cliente y preguntó:
-Supongo que el señor querrá un
buen par de zapatos para sus pies delanteros...
-Para todos los pies, amigo mío,
para todos los pies.
Canuto Redondo nunca había
trabajado tanto, yendo y viniendo a las estanterías, subiéndose a la escalera
para bajar cajas de zapatos...
Y sucedió que el Ciempiés se fue
elegantísimo y bien calzado; pero Canuto Redondo, poco después, ponía este
cartel en la puerta de la tienda:
"Cerrado
por falta de existencias."
999. Anonimo
Como se llama este libro? Tenia varios cuentos infantiles
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