Ndjambu
tenía una hija llamada Pandjambu. Era tan bonita que todos los
hombres querían casarse con ella. Todos probaron suerte, pero ella
no aceptó a ninguno. Entonces empezaron a acudir los animales,
porque también a ellos les gustaba esa chica. Tampoco quiso aceptar
a ninguno de ellos. Pasaron también los pájaros, pero todos
corrieron la misma suerte.
La
boa acababa de mudar la piel. Se la veía brillante y lustrosa. Se
acercó al poblado y pidió también a Pandjambu en matrimonio. Ésta
la vio tan bonita que inmediatamente aceptó. La gente del poblado
intentó disuadirla, pero la hija de Njambu estaba convencida de que
había escogido al mejor marido posible. Así que se casaron y,
después de la fiesta, tomaron una cesta llena de comida y
empren-dieron el camino hacia el poblado de la boa.
Por
el camino, ésta sentía mucho hambre. Y, a cada momento, le pedía a
su mujer que le diera de comer. Pandjambu llegó a advertirle: «Si
ahora te comes todo lo que hay en la cesta, ¿qué comerás
después?». La boa le respondió: «No importa. También las
personas son comida».
La
muchacha no comprendió el sentido de las palabras de la boa. Pero
cuañdo la comida de la cesta se terminó, la boa dijo: «Sí no hay
más comida, tendré que comerte a ti, que debes ser un manjar
exquisito».
Pandjambu
intentó correr, pero la boa le dio un golpe con su cabeza y la
abatió. Empezó a llenarla de saliva, y dio comienzo a la larga
operación de tragársela entera.
Cuando
ya se la estaba tragando, apareció un antílope. Pand-jambu le cantó
esta canción:
«Por
favor, di a los del pueblo
El
antílope le respondió: «¿Es que ya no recuerdas que cuando vine
al poblado a pedir tu mano me despreciaste?». Y se fue sin ayudarla.
Muchos animales fueron pasando por aquel lugar, y todos respondieron
igual a las súplicas de la muchacha.
Apareció
después la paloma, y Pandjambu le cantó la misma canción:
«Por
favor, di a los del pueblo
que
la boa está tragando a Pandjambu».
La
paloma contestó: «Hace unos días, vine a tu poblado para
conquistarte; y no me hiciste el menor caso. ¿Por qué debería
ahora ayudarte?». Y todos los pájaros coincidían en respuesta tan
poco consoladora.
Se
acercó también un hombre, y Pandjambu -que ya tenía medio cuerpo
dentro de la boa- le repitió la canción:
«Por
favor, di a los del pueblo
que
la boa está tragando a Pandjambu».
El
hombre sentenció: «¿No has preferido casarte con un animal?
Espabílate ahora para deshacerte de él». Y todos los hombres que
se acercaron le daban respuestas semejantes.
Por
fin, la muchacha divisó al pájaro llamado motombu. Le llamó y le
repitió la canción:
«Por
favor, di a los del pueblo
que
la boa está tragando a Pandjambu».
El
pájaro dijo: «También a mí me rechazaste no hace mucho. Pero,
como soy buena persona,
voy a hacerte este favor».
Y,
efectivamente, se posó en los árboles cercanos al poblado de
Ndjambu y empezó a cantar la canción. Al oírla, los hombres del
poblado cogieron toda suerte de machetes, lanzas, hachas y cuchillos,
y se dirigieron hacia el lugar donde se encontraba la boa. Pandjambu
asomaba solamente la cabeza por la boca de la serpiente. Los hombres
cortaron a la boa de arriba a abajo, y la muchacha pudo volver sana y
salva a la casa de su padre.
Ndjambu
la llevó al curandero, porque la piel de la parte del cuerpo que
había sido tragada era de color distinto al de la cabeza. Una vez
solucionado este problema, Pandjambu comprendió que había obrado
mal y se casó con uno de los hombres que la habían salvado.
Fuente:
Jacint Creus/Mª Antonia Brunat
0.111.1
anonimo (guinea ecuatorial) - 055
i
Nyama
meni soso, nyama meni soso
sebwaka
ngwe nga mbokana
mbomo
aminaka Ndjambwe
aminaka
Ndjambwe
nbomo
aminaka Ndjambwe mio.
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