Tres
viajeros se dirigían hacia el Norte. Uno de ellos llevaba yuca; el
otro tenía un envuelto de pescado; y el último se había provisto
de agua y también traía a un perro.
Se
dieron cuenta de que ninguno de ellos podía hacer una comida
completa, pero que entre los tres se apañarían bien. Llegado el
momento, pues, juntaron sus víveres e hicieron una buena comida a
base de yuca y pescado, y bebieron el agua. Al perro le dieron lo que
les había sobrado.
Emprendieron
de nuevo la marcha, después de lavarse las manos. Y cuando ya
estaban cerca de su destino, el perro empezó a ladrar y desapareció
durante un rato. Cuando volvió, traía en su boca a un antílope que
había cazado.
Y
los tres viajeros, en lugar de repartirse al animal y poder comer los
tres tal como ya habían hecho anteriormente, comenzaron una ardua
disputa: todos creían tener derecho a quedarse con el antílope
entero: uno, porque el perro era suyo; y los otros porque, según
razonaban, si no hubieran dado parte de su comida al perro ésteno
habría sido capaz de cazar al antílope.
Discutieron
durante tanto tiempo que el animal se pudrió. Y por no haberse
puesto de acuerdo, los tres se quedaron con las manos vacías.
Fuente:
Jacint Creus/Mª Antonia Brunat
0.111.1
anonimo (guinea ecuatorial) - 055
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