Un padre mandó a su hija a dar de comer a los
machos. Y se le escaparon por los trigos. Y no los podía coger. Y un muchacho
que venía por allí entró por los trigos y se los cogió. Y la chica estaba muy
fatigada, y de la alegría que la dio, le dijo:
-¡Cuando llegue a ser moza, me caso contigo!
Ya llegó a ser moza y tuvo novio. Y se enteró
el que la cogió los machos, y el día de los arreglos de boda, se presentó en su
casa. Le dieron la jarra de vino para beber, y brindó así:
-En el monte de Ellas,
niña, corrías.
Te alcancé lo que tú no podías. Me ofrecistes
lo que no me distes. Ahora que puedes, págame lo que me debes.
Y bebió y dio la jarra a la novia. Y dijo la
novia:
-Aguárdate que se vayan estas gentes. Se
esbaratarán estos puentes. Volverá la palomita al nido, y te pagaré lo
prometido.
Y luego se casó con él.
Barbolla,
Segovia. Señora de 50 años,
entrevistada en Sepúlveda, Segovia. 4 de abril, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. anonimo (castilla y leon)
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