447. Cuento popular castellano
Eran unos señores que tenían un pastor que le
tenían por tonto. Y estando una noche sentados a la lumbre, el amo le preguntó
que cómo se llamaba eso. Y el pastor dijo que cómo se iba a llamar, que se
llamaba lumbre. Y le dijeron que no, que se llamaba alegría.
Y tenían una jarra de agua allí, y le
preguntó el amo que cómo se llamaba lo que había en la jarra. Y el pastor le
dijo que cómo se iba a llamar, que se llamaba agua. Y dijo el amo que no, que se
llamaba abundancia.
Y estaba por allí el gato, y le preguntó el
amo que cómo se llamaba. Y le dijo el pastor que cómo se iba a llamar, que
gato. Y dijo que no, que se llamaba cuidados.
Y luego le preguntó el amo que cómo se
llamaba el ama. Y le dijo que cómo se iba a llamar, que se llamaba señora ama.
Y le dijo el amo que no, que se llamaba prójima nostra. Y luego le dijo el amo:
-Y yo, ¿cómo me llamo?
Y dijo que cómo se iba a llamar, que señor
amo. Y le dijo que no, que se llamaba Petris nostris. Luego, cuando iban a
acostar, tenían que bajar por una escalera, y le dijo el amo que cómo se
llamaba. Y el pastor le dijo que cómo se iba a llamar, que escalera. Y le dijo
el amo que no, que se llamaba excelencia.
Por último le preguntó el amo que cómo se
llamaba toda la casa. Y el pastor le dijo que cómo se iba a llamar, que se
llamaba casa. Y el amo le dijo:
-Que no, hombre; se llama albitraco.
El pastor dormía abajo, y ellos arriba. Y el
gato, por la noche, comenzó a arañar en la cama del pastor. Y el pastor le
prendió una cerilla al rabo, y el gato echó a correr por la escalera arriba. Y
entonces gritó el pastor:
-¡Petris nostris, tú que estás en cama con
prójima nostra, ése que llamas cuidados sube la excelencia arriba, lleva la
alegría al rabo! ¡Si no vas con la abundancia, se le quema el albitraco!
Sepúlveda,
Segovia. Ascensión de Antonio.
2
de abril, 1936. 13 años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. anonimo (castilla y leon)
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