313. Cuento popular castellano
Ésta era una madre que tenía una hija. Y
quería casarse y no tenía novio, y ya la dijo la madre:
-Hija, ves a la iglesia a rezar a San Antonio
para que te dé un buen novio.
Y ella iba a rezar todos los días a San
Antonio. Y le decía:
-San Antonio, dame un buen novio. Pero nada. No le salía
novio. Volvía a casa:
-Ni por ésas, madre; no hay novio.
Como iba ella a rezar todos los días, se
enteró el sacristán y le dijo a su hijo que se pusiera detrás del santo para
escuchar lo que decía. Se puso detrás del santo y cuando llegó la muchacha, oyó
que decía:
-Santo bendito, dame un buen novio.
Y contestó el hijo del sacristán:
-Cásate con el hijo del sacristán.
Se marchó la muchacha muy contenta y dice a
su madre:
-Madre, ya tengo novio, que me ha dicho el
santo que me case con el hijo del sacristán.
-Buen novio, hija; es un buen novio. ¡Mira si
te lo ha concedido!
Se casaron, y en vez de salir bueno, salió
muy malo el novio. Era perezoso y pegaba a la mujer. Fue a la iglesia la madre
y le dice al santo:
-¡Anda, patazas, manazas, cara de cuerno, si
según tienes la cara, me has dado el yerno!
Sepúlveda,
Segovia. Santas Casla.
1
de abril, 1936. 80 años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. anonimo (castilla y leon)
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