388. Cuento popular castellano
Eran unos mozos de un pueblo y decían:
-Vamos a ver. Este cura que tenemos es tan
bruto. Vamos a hacer que uno de nosotros ha muerto y le obligamos a llevarle a
enterrar.
Y ya sortearon entre los mozos el que había
de hacer el muerto. Le metieron en la caja y le llevaron a la ermita. Y ya el
cura le iba a enterrar. Y estando ya cantando el cura en la ermita, se estaban
haciendo señas los mozos unos a otros. Pero ya va el cura con el guisopo y ve
que el que está en la caja hace una guiñada. Entonces, con el mismo guisopo, le
empieza a dar en la cabeza hasta que le mató. Entonces dijo el señor cura:
-Para lo sucesivo, traérmelos muertos del
todo, que no tenga yo que acabarlos de matar.
Nava
de la Asunción ,
Segovia. Pedro García de Diego.
18
de abril, 1936. Posadero, 75 años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. anonimo (castilla y leon)
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