Cuento popular
Pues señor, cuentan los
que lo vieron, que hace mucho tiempo el arco iris era un señor muy pobre. Tan
pobre que no tenía ni ropa para ponerse.
Su desnudez le apenaba
mucho y decidió un día buscar una solución. Pero no se le ocurría nada y decía:
-¿De dónde voy a sacar yo
ropa? Y se ponía aún más triste.
Un día brilló en el cielo
un gran relámpago, y el señor decidió ir a visitarle.
-Tal vez él pueda
ayudarme.
Así que se puso en camino
y, después de varios días de viaje, llegó ante él.
Mientras le contaba sus
penas, el relámpago le miraba con tristeza y parecía estar muy pensativo.
Hasta que habló:
-Grande es mi poder, pero
no tanto como para darte ropa. Sin embargo, tu historia me ha conmovido y por
eso te voy a hacer un regalo.
Y siguió hablando:
-Te voy a dar estos siete
colores. Con ellos podrás pintarte el cuerpo y te vestirán para siempre.
El hombre pobre sonrió.
-Además -siguió el
relámpago, aparecerás ante la gente después de las tempestades y anunciarás la
llegada del sol. La gente te querrá y te mirará con asombro.
Y así fue como, a partir
de ese momento, al arco iris se le llamó el Señor de los Siete Colores.
Y, como me lo contaron,
te lo cuento.
063. anonimo (mexico-mazateca)
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