Cuento popular
Pues esto era un asna
que, cansada del tanto trabajo que le echaban encima y harta del maltrato que
le daban -pues tenía todo el lomo lleno de heridas-, resolvió un día escaparse
donde nadie pudiera encontrarla. Estaba, además, embarazada, así que encontró
unas cuevas en las montañas, donde tenía agua y alimento, y allí se quedó.
Pronto dio a luz a un
asnito, al que crió con todo su cariño. Un día, el asnito, pensando que ya
estaba mayorcito para buscarse la vida, le dijo a la madre:
-Ea, madre, que ya me voy
a recorrer el mundo.
Y ella le respondió:
-Ay, hijo mío, mira que
soy anciana...
Pero él seguía empeñado
en su aventura y resolvió dejar a la madre y salir a correr tierras.
Cuando, por fin, fue a
despedirse, le dijo la madre:
-Mira, hijo, tu gran
enemigo es el tigre. Haz lo que quieras, pero trata de no juntarte con él.
-Seguiré tu consejo, mamá
-le contestó el asno.
Apenas había caminado un
trecho, cuando se encontró con el tío tigre, y este le dijo:
-Grrrr, ¡tengo mucha
hambre y te voy a comer!
Y el asno le contestó:
-Pues usted se habrá
comido muchos asnos, pero a mí no me come.
-¡Ah! ¿Y eso por qué?
-Porque yo en mi cola
tengo un letrero muy especial.
-¡Vaya, eso sí que es
curioso! -dijo el tigre. Ya me gustaría verlo. Entonces, el asno le advirtió:
-Debes ponerte detrás de
mí y bastante cerca.
Entonces, cuando el asno
calculó que tenía al león bien cerca y desprevenido, le dio con todo brío un
par de coces y salió en carrera a toda velocidad.
Y este cuento está contao y acabao, para que cuente otro el
que está al lao.
073. anonimo (venezuela)
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