Había una vez una tortuga
que vivía en un lago y era amiga, de dos azulones. En una ocasión se produjo
una gran sequía y el lago estaba a punto de desaparecer. Los dos azulones
decidieron irse volando a otra parte.
-No me abandonéis
-suplicó la tortuga. ¡De otro modo cuando el lago se seque, me moriré!
Los azulones
respondieron:
-Vale, tortuga, te
llevaremos con nosotros. Cogeremos una rama larga y cada uno de nosotros la
sostendrá por sus extremos con el pico. Tú sólo tendrás que agarrarte con tu
boca a la rama. Pero recuerda que, durante el viaje, no debes hablar. De otro
modo, caerás a tierra.
Dicho y hecho. Los dos
azulones alzaron el vuelo, con la tortuga en el medio, rumbo a otro lago.
Volaron sobre un pueblo y la gente miraba hacia arriba y se quedaba perpleja:
-¿Qué llevan esos
azulones? ¡Parece la rueda de un carro!
Ofendida por aquella
frase, la tortuga gritó:
-¡Estúpidos! ¿No os dais
cuenta de que soy una tortuga y en la rueda de un carro?
Pero al abrir la boca,
naturalmente, dejó de estar sujeta de la rama, cayó a tierra y se mató.
004. anonimo (india)
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