En una cabaña alejada, en lo más
profundo del bosque, vivía un matrimonio muy pobre que tenía siete hijos, el
menor se llamaba Pulgarcito.
Una noche, cuando los niños estaban
ya acostados, el marido suspiraba y la mujer lloraba.
-No podemos darles de comer. Si
nuestros hijos siguen aquí morirán de hambre -dijo el padre.
-Sólo nos queda un pan -se lamentó
la madre.
-Mañana los llevaremos al bosque y
los abandonaremos. ¡Ojalá alguien caritativo los recoja y les dé lo que
nosotros no podemos darles!
Como la puerta tenía una rendija,
Pulgarcito lo oyó todo. Y puesto que quería mucho a sus padres, pensó en un
plan para poder regresar a su casa.
Al día siguiente, muy temprano, la
madre repartió el pan entre sus hijos y se pusieron en camino hasta un lugar
alejado, tanto, que los niños no sabrían volver solos a su cabaña.
Y en un descuido de los pequeños,
el padre y la madre desaparecieron.
El mayor empezó a llamarles a
gritos.
-¿Qué haremos ahora? -decían
todos. Y pronto será de noche. ¡Ay, no sabemos volver a casa!
-No os apuréis -dijo Pulgarcito.
Yo he venido hasta aquí echando miguitas de pan por el camino para poder
encontrarlo.
-¡Viva Pulgarcito! -gritaron todos.
003. anonimo (españa)
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