Adelante era un gran
bromista. Una vez, un cazador le llevó como regalo un conejo. Adelante se lo
agradeció mucho, adobó al animal, preparó un buen guisado y una buena sopa e
invitó al cazador a cenar.
Una semana después,
alguien llamó a su puerta.
-¿Quién es?
-Soy un amigo de tu
amigo, aquel que te regaló el conejo.
Adelante lo hizo entrar,
lo invitó a cenar con él y le sirvió un poco de sopa de conejo.
Unos días después,
llamaron cinco o seis personas diciendo:
-Somos amigos del amigo
de tu amigo, aquel que te regaló el conejo.
Adelante los saludó
cordialmente, los invitó a entrar y les ofreció sopa de conejo y té.
La fama de su
hospitalidad se difundió en breve por todo el país. Un día se presentaron a su
puerta diez o doce personas juntas diciendo:
-Somos amigos de los
amigos del amigo de tu amigo, aquel que te regaló el conejo.
Adelante los miró, rió y
respondió:
-¡Qué agradable sorpresa!
Poneos cómodos, poneos cómodos.
Los hizo entrar, los hizo
sentar y les llevó un cubo de agua sucia.
-¿Qué es esto?
-protestaron los huéspedes, torciendo la nariz.
-¿Que qué es? -respondió
Adelante. Pero ¿no lo veis? Ésta es la sopa de la sopa de la sopa de aquel
conejo que vuestro amigo me regaló.
Y, desde aquel día, ya
nadie fue a su casa a comer sopa de conejo.
005. anonimo (china-cultura uigur)
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