85. Anónimo
Estaba la Princesa cosiendo en la terraza de
Palacio, cuando llegó una zorrita, le robó el dedal de oro y se fue.
Entonces la Princesa cayó enferma y nadie
sabía sanarla.
Una buena mujer que hacía medicina con
hierbas, decidió ir a verla, y por el camino oyó al pasar por una madriguera:
-¡La Princesa no tiene su dedal, pero con un beso lo puede recuperar!
¡Yo he perdido algo más grande aún! La mujer
fue a Palacio y le contó lo que había oído, e inmediatamente ambas se pusieron
en camino hacia la madriguera de la zorra. Cuando entraron, la vieron con el
dedal de oro en la mano y no lo quería soltar si no le daba un beso la hija del
Rey. Tanto insistió la zorrita, que la Princesa se lo dio, y la zorra se convirtió
en un Príncipe apuesto.
-¡Tú necesitabas tu dedal, pero yo necesitaba
un beso tuyo para ser desencantado! ¡Mira si nos hemos hecho favor el uno al
otro! ¿Quieres casarte conmigo?
Ellos se casaron, premiaron a la mujer que les
había ayudado, y fueron felices mientras Dios quiso que vivieran.
999. anonimo
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