Una mosca reunió a los insectos y les dijo:
‑Ayer el lobo me ha ofendido, así que debemos defender nuestra dignidad de
insectos, pues si no se reirán de nosotros los animales de cuatro patas.
Y les declararon la guerra. Decidieron los cuadrúpedos que la señal de la
derrota sería cuando el zorro bajase la cola. Esto quería decir que nunca se
iban a dar por vencidos, pues ya se sabe que el zorro jamás baja su cola.
Se volvieron a reunir los insectos y la abeja dijo:
‑Dejadme hacer a mi, pues si no buscamos un truco, nos vencerán sin ninguna
duda; son más fuertes que nosotros.
Estaban en el campo de batalla, cuando la abeja se acercó al zorro por
detrás y le picó en las nalgas; inmediatamente, el animal bajó la cola aunque
no solía hacerlo.
‑¡Ha bajado la cola, ha bajado la cola! ‑gritaron los insectos.
Los animales de cuatro patas no tuvieron más remedio que darse por
vencidos, y nunca más volvieron a faltarle al respeto a ningún insecto.
999. Anonimo,
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