A veces, el animal más débil es más listo que el más fuerte. Eso es lo que
pasó con un zorro, que entró en el corral y cogió a una gallina entre sus
fauces y huyó con ella.
Pero el campesino se dio cuenta, y salió corriendo detrás con su escopeta.
El zorro corría y corría, y al notarle la gallina que empezaba a estar
fatigado, le dijo:
‑El campesino te persigue porque cree que le has robado una gallina, y bien
cierto que es. Pero sí le dices que yo soy de otra casa, te creerá y te dejará
en paz.
El zorro, sin dejar de correr, gritó:
‑¡Que esta gallina no es tuya, amigo! Pero se le olvidó una cosa: al
hablar, tuvo que abrir la boca y la gallina se le escapó y volvió con su amo...
El zorro reconoció que ella había sido más lista, y se fue con el rabo
entre las piernas.
999. Anonimo
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