Un leñador que vivía en compañía de
su único hijo, trabajaba de firme para que éste pudiera ir todos los días a la
escuela. Y como era inteligente y aplicado, el chico sabía cada vez más:
Estando de vacaciones, al ver a su
padre dispuesto a ir al bosque con su hacha al hombro, le pidió a un vecino que
le prestase la suya para ayudarle.
El sol calentaba fuerte y al
mediodía, cuando el padre se tomó un descanso para comer, el chico prosiguió su
trabajo.
Le había dado el primer hachazo a una
enorme encina, cuando descubrió que estaba hueca. En aquel momento, una voz
procedente del interior, dijo:
-Quienquiera que seas, sácame de
aquí, por favor...
El muchacho miró dentro del hueco y
descubrió un botellín con algo verde dentro. Tiró del tapón y ocurrió algo
estremecedor. El líquido verde se convirtió en humo que escapaba de la botella.
Y el humo, en un abrir y cerrar de ojos, en un gigante.
-¡Hola! -saludó el chico, que
estaba atónito.
-¡Hola! -respondió el gigante. Y
sus ojos se volvieron amenazadores.
999. Anonimo
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