Al entrar en la ciudad del rajá
Besalu, Salim divisó un gran cartel que decía:
"El rajá Besalu desafía al
forastero que lo desee á jugar tres partidas de dados. Apuesta todas sus
posesiones y si pierde, dará su reino al vencedor”
Salim vio a dos negros que iban a
dar muerte a un gatito blanco. El joven lo impidió y el gatito corrió hacia su
madre, una hermosa gata blanca. Esta habló así a Salim:
-Te soy deudora de tu gran favor, y
voy a regalarte a uno de mis hijos, que es mágico y podrá ayudarte.
Salim se guardó el gatito en un
bolsillo y fue ante palacio para probar fortuna en la partida de dados frente
al rajá.
El traidor Besalu, cuando tuvo ante
sí a Salim, le preguntó:
-¿Qué puedes apostar tú contra mí?
-Mi caballo, mis armas y este loro
que habla varias lenguas. Además, si pierdo, me quedaré siempre a tu servicio
como un esclavo.
Aceptó Besalu y, sacando un
cubilete de oro con piedras preciosas inició la primera jugada. Salim observó
que llevaba en el bolsillo un ratoncito que parecía mágico, porque el rajá
frotaba los dados en él.
-¡Saca tus dados, Salim! -habló el
loro.
El príncipe notó que el gatito
blanco se revolvía en su bolsillo. Extrajo los dados y vio al ratoncito blanco,
asustado, huir del salón.
Besalu había ganado la primera
partida. Pero, sin el ratoncito, perdió la segunda.
999. Anonimo
No hay comentarios:
Publicar un comentario