15. Cuento popular
Vivían en un pueblo cinco
personas de una familia, el padre y la madre, un hijo y una hija y la agüela, y
todos eran sordos. Y eran muy pobres y nunca trabajaban. Y ya hacía mucho que
le debían al amo de la casa el alquiler y no se lo pagaban.
Y un día vino un nevazo y
hacía mucho frío y le dieron al padre un plato y un real pa que fuera a comprar
un cuarterón de carne. Y se fué el viejo con su plato y su real pa la plaza a
comprar el cuarterón de carne, y en el camino se encontró con el amo de la
casa. Y el amo le dijo:
-¡Buenos días, tío sordo!
¡Buenos días de Pascuas! Y el viejo, que nada oía, creyó que el amo le cobraba
el alquiler de la casa y le dijo:
-¡Por Dios, señor, que
ahora no trabajamos y no tenemos con qué pagarle!
-No, que no digo nada de
eso -le contestó el amo de la casa.
Y el pobre viejo sordo le
dijo otra vez:
-¡Por Dios, señor, que
ahora no trabajamos y no tenemos con qué pagarle!
Y ya el amo se fué y no
dijo más.
Conque se vuelve el viejo
a casa y le contó a la hija lo que le había pasao:
-Que me he encontrao con
el amo y me ha cobrao el alquiler de la casa y ya ni quise ir a la plaza a
comprar la carne.
Y la hija va y le dice a
su madre:
-Madre, que dice padre
que no ha traído la carne porque estaba muy flaca.
Y la madre le dice a su
hija:
-¿Que no ha ido a la Plaza por que cae mucha
nieve? ¡Que vaya aunque caiga!
Y ya fué la hija
corriendo a ver a su hermano y le dice:
-Oye, tú, que dice mi
madre que me va a buscar un novio y yo le he dicho que me lo busque pronto
porque yo ya no puedo estar sin casarme.
Y el hermano contestó:
-Güeno, si me has de
hacer unos pantalones, hazlos anchos de braguera, que éstos están muy
estrechos.
Y va corriendo el hermano
y se encuentra con la agüela y le dice:
-Agüela, que dice mi
hermana que me va a hacer unos pantalones y yo le he dicho que me los haga más
anchos de braguera, que éstos están muy estrechos y me se desgarran.
Y la agüela creyó que el
muchacho le decía que su hija le iba a guisar gachas, y contestó:
-Güeno, güeno, pues dile
a mi hija que si me las ha de guisar, que las guise blandas, que yo como soy
vieja no puedo mascarlas. Y dile también que al revolver la esquina lo hay
tinto y a cuatro cuartos el cuartillo.
Fuente:
Aurelio M Espinosa
003. España
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