Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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lunes, 15 de octubre de 2012

El zapatero pobre


19. Cuento popular

Éste era un pobre zapatero que vivía en un pueblo col, su mujé y siete hijo. Y siempre estaban mu pobre, mu pobre, pero siempre mu contento. Lo má que ganaba por un remiendo er zapatero era un real, y había día que lo pasaban casi sin comé, pero siempre mu contento.
Y en frente de ello vivián un señó y una señora mu rico que tenían dinero de sobra y no les hacía farta na, pero siempre vivián discontento. Y la mujé le decía a su marío:
-Mira la familia 'de ese pobre zapatero, siempre tan pobre, pero siempre tan contento y felice. Y nos­otro, que na nos hace farta y tenemo to lo que queremo, nunca estamo contento.
Y hablando, hablando, ya le dijo a su marío:
-Y ¿sabe que la mujé está otra ve embarazá? Vamo a socorrerlo ya que están tan pobre, y cuando dé a lu, sacá ar niño de pila.
Güeno, pos el marío le dijo que así lo harían.
Pasaron uno mese y ya la mujé dió a lu y van ello y sacan ar niño de pila. Y cuando lo llevaron a su casa, le llevaron mucho regalo y rico vestido y too estaban mu contento y mu felice. Y ya comenza­ron a tratá ar zapatero y a su rnujé de compadre y comadre y to iba mu bien.
Y ya depué de argún tiempo, le dijo un día la seño­ra ar marío:
-Oye, ¿no te paece bien que le demo a ese pobre zapatero, nuestro compadre, una casa y mucho dinero pa que sargan de pobre y coman y vistan bien ya que nosotro tenemos hasta de sobra?
Y er marío dijo que sí, que le parecía mil bien. Y entonce er rico fué y mando llamá ar pobre a su casa con un mozo. Y dijo er zapatero a su mujé:
-Oye, tú, si viera que mi compadre me ha mandao llamá, no sé pa qué.
Y dice la mujé:
-¿Pa qué te quedrá mi compadre? Pero no tiene má remedio que í a vé.
Y se fué er zapatero a vé a su compadre er rico, tembFando de miedo como hacen siempre lo pobre. Y en er camino decía:
-Pero, ¿para qué me quedrá mi compadre? Güeno, pes llegó y le dijo er rico:
-Compadre, pase usté. Le he llamao porque herno pensao mi mujé y yo dale a usté una casa y mucho d-nero pa que vivan bien usté y su familia de ahora en alante.
Y le contesta er zapatero:
-¡Por Dios, compadre, que nos hace usté un favó mu grande!
Y ya le dió mucho dinero y le dijo que dejara su zapato y no trabajara má. Y depué le puso una casa onde vivieran.
Y ya vivían er zapatero y su familia en una casa mu grande y mu bonita y tenía mucho dinero y de to. Y por la noche er zapatero le decía a sus hijo que cerraran bien toa la puerta y ventana pa que no fuera naide a robalo. Y por la noche er zapatero no dormía a gusto pensando en que arguien le podía robá su dinero. Y la madre también siempre andaba diciéndole a sus hija:
-¡Cuidao con cerrá bien aquella ventana! ¿Han cerrao bien la puerta e la calle?
Y así estaban siempre y ya no cantaban, ni estaban contento ni na. Y depué de uno día, ya la madre fue y le dijo ar marío:
-Oye, tú, ¿has visto que ya no estamo contento ahora aue tenerno Cinto dinero? Ahora siempre an­damo, conque «Cierra la puerta» y «Cierra la ven­tana», y naide está contento como ante. ¿De qué no sirve tené tanto dinero si no estamo contento? Ante nos acostábamo sin cuidao y ahora ni dormimo pen­sando en que arguien nos va a robar er dinero. Va y llévale er dinero a mi compadre y dile que no estamo contento con tanto dinero y que vamo a vorvé a la casa que teníamo ante.
Güeno, pos va aqué y le entrega er dinero a su compadre y le dice:
-Mucha gracia, compadre, pero como no estamo acostumbrao a tené tanto dinero, no estamo conten­to y queremos vorvé a la casa de ante y vorvé a lo que éramo ante.
Y er compadre rico, mu asombrao de vé lo que le decía su compadre. Y luego que se marchó er zapa­tero, le dijo su mujé:
-Pero, ¿habrá necio? Le gusta mejó seguí remen­dando suela que viví en una casa grande con de to pa su familia.
Y er marío le dijo:
-Sí; eso preba lo necio que son lo pobre. De na sirve socorrelo. Es que paece que les gusta sé pobre.
Y se enfadaron con su compadre y ya ni caso les hicieron.
Güeno, pos a lo poco día, ya aquéllo estaban otra ve en su casa y er zapatero estaba canta que canta y echa que echa remiendo. Y la mujé y las hija toa mu contenta y barriendo la casa y lavando y plan­chando y cantando.
Y se asomó la mujé der rico y dijo a su marío, mu enfadá:
-Allá están ya otra ve eso necio canta que canta. Too trabajan y mu contento y a lo mejó están muerto de hambre. Así son lo pobre.

Fuente: Aurelio M Espinosa

003. España

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