1. Cuento popular
Éstos eran unos señores
que eran muy ricos y no tenían hijos. Y la mujer decía:
-¡Ay, si Dios nos diera
un hijo tan grande y tan fuerte como Sansón pa que nos comiera la hacienda!
Y tanto estuvo diciendo
eso, que por fin Dios les dió un hijo tan grande y tan fuerte como Sansón. Y lo
bautizaron y le pusieron el nombre de Sansón.
Y fué creciendo el niño,
y cuando llegó a ser hombre se comía en un día tres cerdos, una fanega de
garbanzos y una fanega de pan. Y ya en poco tiempo se comió toda la hacienda y
los padres quedaron muy pobres. Y dijeron entonces los padres:
-Ahora le vamos a hacer
un azadón para que vaya a trabajar y gane pa que coma.
Y le hicieron el azadón y
fueron tres hombres por él, pero no pudieron llevarlo. Y fué entonces Sansón y
según llegó, lo cogió con facilidá y dijo:
-Esto se hace así.
Ustedes no valen pa nada.
Y como lo cogió como
quien coge una guinda, todos se quedaron muy sorprendidos.
Y ya se echó el azadón al
hombro y se fué camino alante. Y llegaba a servir en las casas y trabajaba
mucho, pero como se comía todo lo que había en la casa en un día, todos le
despedían el segundo día, y ya nadien le quería recibir. Y como todos le
temblaban de miedo, todos se quitaban el sombrero cuando le vían pasar.
Y ya viendo que nadien le
quería recibir, se fué al palacio del rey y anduvo cavando todos los jardines todo
con su azadón hasta que destrozó casi todo. Y nadien se atrevía a decirle nada.
Y ya llamó el rey a sus caballeros y les dijo:
-¡Ay, señores, lo que nos
pasa con este hombre! ¿Cómo vamos a librarnos de él?
Y ya acordaron enviar a
muchos caballeros armaos y a caballo al campo a pelear todos juntos con él pa
ver si le mataban. Y salieron los caballeros con sus mejores armas al campo a
esperar a Sansón. Y Sansón llegó y cogió un caballo del rabo y empezo, «¡Pin,
pin, plan, plan!», y a todos los mató dándoles con el caballo.
Y volvió al palacio y le
dijo al rey:
-Bueno, pues ya los he
matao a todos.
Y entonces acordaron
hacer un hombre de pez pa cogerle. Hicieron el hombre de pez y lo pusieron allí
cerca del palacio. Y pasó por allí Sansón, y como el hombre de pez no le hizo
la venia al pasar, volvió Sansón y le dijo:
-¿Me haces la venia? Mira
que te doy. ¿Me haces la venia? Mira que te doy.
Y como el hombre de pez
no le hizo la venia, le dió Sansón un puñetazo y se le quedó pegada la mano
derecha. Y entonces le sigue diciendo:
-¿Me haces la venia? Mira
que te doy. ¿Me haces la venla? Mira que te doy.
Y le dió con la mano
izquierda y se le quedó pegada. Y entonces le dijo:
-¿Me sueltas las manos?
Mira que te doy con el pie. ¿Me sueltas las manos? Mira que te doy con el pie.
Y le dió una patada y se
le quedó pegao el pie. Y entonces, ya muy enfadao, le dice:
-¿Me sueltas las dos
manos y el pie? Mira que te doy con el otro pie. ¿Me sueltas las dos manos y el
pie? Mira que te doy con el otro pie.
Y le dió una patada con
el otro pie y se le quedó también pegao. Y ya le dice:
-¿Me sueltas las dos
manos y los dos pies? Mira que te doy un tripazo. ¿Me sueltas las dos manos y
los dos pies? Mira que te doy un tripazo.
Y le dió un tripazo y se
le pegó la tripa. Y ya como estaba bien pegao, allí lo cogieron y lo mataron.
Fuente:
Aurelio M Espinosa
003. España
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