13. Cuento popular
Caminaba una ve un
estudiante por un camino con un hambre que ya casi esmayaba. Y llegó a una casa
onde estaba una viejecita barriendo er patio e su casa y va y le dice:
-Güeno día, tía. ¿Cómo está
osté? Y ella le dice:
-Pero, ¿quién eres tú?
Y él le contesta:
-Vaya, tía, ¿no s'
acuerda osté e su sobrino, er de su hermana aquélla que dejó osté en tar lugá
hace ya muchos ar.os?
Y ella no s'acordaba de
na e lo que le dicía er chico, pero dijo:
-Seguramente er chico
tiene razón pos onde viene tratándome de tía.
Y le dijo ar chico:
-Sí, ya m' acuerdo,
sobrino; entra, que ya vendrá tu tío en un momento.
Y entró er chico a la
cocina y vió que la viejecita estaba guisando un pollo. Y esperó hasta que lo
sacó de la cazuela y lo puso en la mesa. Y la viejecita entonce salió de la
cocina a por leña. Y en ese medio tiempo cogió er chico er pollo y lo engolvió
en una toalla y se lo metió entre su capa. Y cuando ella entró fué a echá la
leña en la lumbre, y dijo el estudiante:
-Tía, ya me voy.
Y ella le dijo entonce:
-No, sobrino, no te vaya
tavía, que dentro e poco llegará tu tío que s' alegrará mucho e verte.
Y ai estuvon esperando un
rato. Y ya le dijo ella:
-Sobrino, dime por qué
pueblos has andao pa llegar aquí.
Y le dijo él:
-Pos misté, tía. He andao
por caminates, he andao por portates, he andao por escalerates, he andao por
cocinates, he andao por cazolates y he andao por pollates.
Y con eso le quería decí
que había andao por mucho camino, que había llegao a su puerta, que había
subío las escaleras, que había entrao en la cocina, que había visto er pollo en
la cazuela y que lo había pillao. Pero ella no entendía y creía que éso eran lo
nombre de lo pueblo por lo cuale había pasao.
-¿Y too eso has tenío que
andá pa llegá aquí? -le preguntó la viejecita.
-Sí, tía, too eso -contestó.
Y como ya tenía el
estudiante mieo que la viejecita fuera a la cocina y no encontrara er pollo,
se levantó e la silla y dijo:
-Ahora sí, tía, ya me
voy.
Y ella le dijo:
-Que no, sobrino, no te
vayas tavía, que ya vendrá tu tío y mucho s' alegrará de verte.
Pero é ya no quiso espera
má y se escapó y echá a corré camino alante. Y corriendo iba cuando se encontró
con er marío e la viejecita y éste le preguntó:
-¿Ande va osté tan de
prisa?
Y el otro le contesta:
-Vi a alcanzá a un
compañero que va allí alante. ¡Quédese osté con Díos!
-¡Vaya osté con é! -le
contestó er viejo.
Güeno, pue ya llegó er
viejo y entró y le dijo a la vieja:
-Vamo a comé, que traigo
mucho hambre.
Y fué la vieja y vió que
er pollo aue ella había dejao sobre la mesa ya no estaba. Y dijo:
-Pero ahora; ¿qué vi a
jacé? Pero no hay má remedio que llevá la cazuela así como está.
Y la llevó y la puso en
la mesa. Y fué er marío a comé y vió que no había má que caldo y le dijo a su
mujé:
-¿Qué es esto? Aquí no
hay má que agua. ¿ónde está er pollo que has matao pa guisá?
-Y dice ella:
-¡Ay, Dios mío! Ya te
contaré lo que ha pasao. Mira que ha venío un sobrino mío a verme y él es er
que se habrá robao er pollo.
-¿Qué sobrino, que yo ni
sabía que tú tenía sobrino?
-Pos mira, que es un hijo
de una hermana que ya casi había orvidao y que vive en un pueblo que ya no
m'acuerdo er nombre, pero é me dijo por lo pueblo que ha pasao pa llegá aquí.
-¿Qué Pueblo son eso?
-preguntó er marío.
Y le dijo ella:
-Pos mira que dijo que
había pasao por caminates, por portates, por escalerates, por cocinates, por
cazolates y por pollates.
-¡Tonta, tonta, más que
tonta! -le dijo entonce su marido. Ése no é sobrino. Ése es un ladrón que ha
venío aquí a robarte er pollo, y na má.
Y le dió una paliza, que
la dejó negra.
Fuente:
Aurelio M Espinosa
003. España
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