Era
un sapo que se encontraba enfermo y por temor a morir llamó a sus
familiares. En un charco di agua los había juntado a todos. Y
les dijo:
-Cuando
yo me muera,
¿quién
me ayudará?
Y
los parientes contestaron:
-Nar,
nar, nar.
-Cuando
yo me muera,
¿quién
me velará?
-Nar,
nar, nar.
-Cuando
yo me muera,
¿quién
me rezará?
-Nar,
nar, nar.
-Cuando
yo me muera,
¿quién
me heredará?
-Yo,
yo, yo.
Y
por interesados los sapos fueron castigados. Y así se oye en los
charcos el parlamento de los sapos y se oirá toda la vida. Nar
en el lenguaje de los sapos quiere decir yo
no.
Alberto
Acevedo, 46 años. Rivadavia. Mendoza, 1951.
Cuento
773 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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