Con algunos
ahorros, un hombre de un pueblo de la India compró un burro joven. La persona
que se lo vendió le previno de la cantidad de comida que tenía que procurarle
todos los días.
Pero el nuevo
propietario pensó que tal cantidad era excesiva y comenzó a restar comida día a
día al pollino.
Hasta tal
punto disminuyó la ración de alimento al asno que, un día, el pobre animal
amaneció muerto. Entonces el hombre comenzó a gimotear y a lamentarse así:
-¡Qué
desgracia! ¡Vaya fatalidad! Si me hubiera dado un poco más de tiempo antes de
morirse, yo hubiera logrado que se acostumbrase a no comer nada en absoluto.
*El Maestro dice: Como este hombre son algunos negligentes y “avaros” buscadores espirituales:
quieren conquistar la Sabiduría sin ningún ejercita-miento espiritual.
004. Anonimo (india)
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