El primer ministro del
rey era un hombre de visión clara y gran ecuanimidad. El rey, por ello mismo,
tenía enorme confianza en su ministro. A menudo el ministro decía ante un
acontecimiento o circunstancia.: «Será para bien.» Pero he aquí que un día el
rey estaba utilizando un cuchillo y se rebanó por completo uno de los dedos de
la mano. El primer ministro, que en ese momento estaba presente, declaró sin
perder la calma:
-Será para bien.
El monarca montó en
cólera. ¿Cómo podía ser para bien que se hubiera cortado un dedo y una de sus
manos quedara mutilada para siempre? Indignado y decepcionado, el monarca
ordenó que metiesen en la cárcel al primer ministro. El ministro dijo:
-Será para bien.
Días después el reino fue
conquistado por un reino vecino. El monarca del reino invasor ordenó a los
sacerdotes que sacrificasen al monarca sometido a los dioses. Iban a matarlo en
sacrificio cuando descubrieron que le faltaba un dedo, por lo que tuvieron que
desistir del sacrificio ritual, toda vez que no se puede sacrificar a los
dioses un cuerpo imperfecto. Entonces el monarca vencedor dijo:
-En tal caso, sacerdotes,
sacrificad al primer ministro.
Pero como el primer
ministro estaba en prisión, nadie logró dar con su paradero. Pasadas unas semanas,
fuerzas leales al monarca destronado reconquistaron el reino. Entonces el rey
se dio cuenta de que su primer ministro había tenido razón. Gracias a su mano
mutilada y a que el ministro estaba encarcelado, ambos habían salvado sus
respectivas vidas. El rey llamó al ministro y lo abrazó.
-Perdóname -le dijo;
quiero que de nuevo detentes tu cargo.
Pero el ministro replicó:
-Señor, todo es tan
contingente, tan inestable, que he decidido dedicar el resto de mi vida a la práctica de la meditación y la búsqueda de lo Sublime.
El monarca contestó:
-Será para bien.
El ministro repuso
satisfecho:
-Habéis aprendido la
lección.
El Maestro dice: La persona ecuánime sabe que a veces una
maldición se torna una bendición o una bendición una maldición. Por ello,
mantened la cabeza tranquila aun en las circunstacias aparentemente más
dolorosas.
Fuente: Ramiro Calle
004. Anonimo (india)
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