Era un aspirante
espiritual muy proclive a crear conflicto con todo lo existente. Su mente era
como un muro creando constantemente oposición y resistencia. Así, su carácter
se había agriado y su ánimo estaba atribulado. Acudió a visitar a su maestro y
preguntó:
-Maestro, la existencia
es como una losa. Por ejemplo, ¿cómo escapar al verano, como escapar al
invierno?
Una leve sonrisa se
dibujó en los labios del maestro. Un instante de perfecto y revelador
silencio.
Sencillo, mi querido
discípulo; cuando llega el invierno, tiemblas; cuando llega el verano, sudas.
Ya has escapado a ambos.
El Maestro dice: ¡Cuánto sufrimiento genera innecesariamente
la mente por engendrar estúpida reacción e inútil conflicto!
004. Anonimo (india),
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