Había
una vez un rey que poseía cuanto deseaba, lo cual ponía muy
difíciles las cosas a su esposa cuando quería hacerle un regalo.
Un
día, tuvo una idea genial. Noche tras noche, en cuanto el rey se
había acostado, ella se ponía a coser. El día de su cumpleaños,
le regaló a su marido la magnífica tela que había bordado con sus
propias manos.
-¿Qué
es esto? -preguntó él, sorprendido.
-Se
me ocurrió una idea -le contestó la reina. Las dos espadas
simbolizan tu autoridad. El casco con el penacho, tus hazañas
guerreras, y el color del fondo es tan profundo como el amor que
siento por ti.
El
rey estaba encantado con su regalo. Lo ató a un asta e hizo una
bandera para proclamar su poder y la fuerza del amor de la reina.
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anonimo cuento - 063
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