A
César le habían regalado por su cumpleaños una caja de bengalas.
Al momento, salió con su padre al jardín a encenderlas.
Imaginaos
la sorpresa de César cuando vio que la bengala que acababa de
encender tomaba vida propia. Era una criatura refulgente que brillaba
por todas partes y giraba lanzando rayos de luz.
-¿Cómo
te llamas? -le preguntó César.
-Luz
-respondió la bengala. Hace mucho tiempo, en un lejano país, yo era
la única persona que creía en el amor. Me juzgaron, me declararon
culpable y me condenaron a vagar por el mundo.
Entonces,
un hada me transformó en luz y desde entonces, en forma de bengala,
sigo iluminando el mundo.
-Pero,
¿por qué brillas así? -volvió a preguntar César.
-Porque
el amor es la cosa más maravillosa que conozco. El amor hace felices
a los hombres hasta el punto de desear una sola cosa: compartir esta
felicidad con los demás.
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anonimo cuento - 063
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