Una
perca iba nadando cuando vio algo que la dejó atónita: en el centro
del río se erguía una garza ridículamente atildada con un
sombrerito y unos zapatos.
-¿Qué
haces ahí? -preguntó la perca. Pero no obtuvo respuesta.
-Te
hé preguntado que qué haces ahí -gritó más fuerte.
En
aquel momento, pasó el dueño de aquellas tierras, que paseaba con
su hijo. El niño miró a su padre:
-¿Te
gusta mi garza espantapájaros?
-¿Tu
qué..? -preguntó el padre.
-¡Mi
garza espantapájaros! He notado que los pájaros pescan los peces
del río. Por eso he fabricado esta garza que hace las veces de
espantapájaros.
«¡Así
que era eso!» -se dijo la perca.
«¡Así
que soy eso! -pensó el espantapájaros. Yo también me lo
preguntaba.»
0.999.1
anonimo cuento - 063
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