Elena
había ido con su tía a unos grandes almacenes en pleno centro de la
ciudad. Había tantos juguetes maravillosos con los que pasar el rato
que, en cuanto su tía se dio media vuelta, Elena se escondió en una
caja de cartón vacía y esperó allí a que cerraran. Al no
aparecer, su pobre tía, muy preocupada, llamó a la policía. Pero
no encontraron ni rastro de Elena.
Cuando
cerraron los almacenes, salió de su escondite y organizó una
merienda de muñecos para todos los juguetes. Tanto se divirtieron
que...
Dos
horas más tarde, el guarda quedó atónito al encontrar a una niña
profundamente dormida en una casa de muñecas.
Telefoneó
a la policía y, al poco, Elena dormía pero esta vez en su cama, no
sin antes haber recibido una severa reprimenda de su madre.
0.999.1
anonimo cuento - 064
No hay comentarios:
Publicar un comentario