Unos
ratones se establecieron en el granero de una granja. Se instalaron
al lado mismo de un montón de trigo para tener la comida al alcance
de la mano.
A
veces, claro está, llegaba el granjero con su pala a meter el trigo
en sacos. De esta manera, el montón de trigo iba disminuyendo de día
en día y los ratones estaban muy preocupados.
Un
día, el granjero, con su pala, recogió los últimos granos de
trigo, con los ratones y su casa, y los metió en un saco. Los pobres
pasaron mucho miedo, pero consiguieron escapar. ¿Cómo? Mañana lo
sabréis.
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anonimo cuento - 063
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