-Soy
la persona más valiente del mundo -presumía la reina ante sus
caballeros tras una gran batalla. Ninguno de vosotros es tan valiente
como yo.
Al
año siguiente, la reina volvió a partir para la guerra, pero esta
vez los enemigos eran las avispas. La reina no les tenía miedo y
salió de palacio con el rostro cubierto con una sutil gasa. Con unas
antorchas encendidas, obligó a las avispas a abandonar el
territorio.
-Soy
la más valiente del país. Ninguno de vosotros se ha atrevido a
enfrentarse a ellas. ¡Y yo ni siquiera he pasado miedo! -aseguró a
sus caballeros.
A
la mañana siguiente, los cortesanos se extrañaron al oír unos
gritos que provenían de las habitaciones de la reina. Acudieron
inmediatamente y la encontraron encaramada sobre una silla, rodea-da
de ratones.
-¡Ahuyentadlos!
-gritaba.
Los
cortesanos cumplieron la orden, pero desde aquel día nunca más
oyeron a la reina presumir de su valentía.
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anonimo cuento - 063
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