Había
una oveja a la que le gustaba alejarse del rebaño para vagabundar a
su antojo. Un buen día, la granjera le ató una campanita alrededor
del cuello.
La
oveja fue a ver al perro.
-¿Para
qué sirve esto? -le preguntó.
-No
lo sé -contestó el perro.
Al
día siguiente, la oveja se escapo como de costumbre pero el pastor
la encontró casi al momento.
Lo
mismo ocurrió al día siguiente y todos los días de la semana. Muy
pronto, a la oveja dejó de gustarle jugar al escondite con el
pastor, que la encontraba en seguida. Todavía no entendía por qué.
¿Y vosotros? ¿Sabéis por qué?
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anonimo cuento - 063
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