El
enanito verde estaba nerviosísimo. Le habían invitado a un baile de
disfraces y él se había puesto una espléndida capa y un magnífico
sombrero con una pluma. Su amiga la trucha le había fabricado una
espada de madera y parecía un auténtico mosquetero.
Pero,
en cuanto cruzó la puerta, se dio cuenta de que no uno, sino otros
tres invitados habían tenido la misma idea que él.
-No
importa -le dijo alguien. Toma esta trompeta y di que no eres un
mosquetero sino un pregonero. Cuando toques la trompeta, todos se
callarán para escucharte.
El
enanito verde se divirtió como un loco, soplando la trompeta y
anunciando los juegos que iban a celebrarse. Y, cuando estuvo lista
la merienda, su toque sonó especialmente alegre.
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anonimo cuento - 063
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