Una
hermosa mañana, Cecilia se despertó y le sorprendió escuchar el
piar de las golondrinas sobre los cables del teléfono.
Saltó
de la cama, corrió a la ventana y vio una bandada de golondrinas.
-Debéis
de estar agotadas por el largo viaje desde los países cálidos.
¡Esperad un momento! Os traeré algo de comer -les dijo.
Se
vistió a toda prisa y bajó a la cocina, de donde cogió todas las
migas y trozos de pan que pudo encontrar. Después, lo sacó al
jardín y las golondrinas se dieron un banquete.
Mientras
las golondrinas daban buena cuenta de la comida, Cecilia vio que ya
estaban brotando los tulipanes y los narcisos que su padre había
plantado. Llenó la regadera y les dio de beber. Para sus adentros
pensaba muy contenta: «¡Ha llegado la primavera! ¡Las golondrinas
la han traído!»
0.999.1
anonimo cuento - 063
No hay comentarios:
Publicar un comentario