Un
cocinero tuvo un día un extraño sueño. Soñó que tenía un cuadro
y que el hombre representado en aquel retrato se resfriaba. Le pedía
al cocinero que le preparara una bebida caliente y así lo hacía
este. Se la ofrecía después al hombre del cuadro, quien, tras
beberla, se sentía inmediatamente aliviado.
A
la mañana siguiente, el cocinero se despertó en un lamentable
estado. Tenía los ojos llorosos, la nariz tapada y tosía.
Se
acordó entonces de la bebida del sueño y le rogó a su mujer que se
la preparara. Ella hizo lo que le había pedido y llevó a su marido,
unos minutos después, una taza de infusión humeante. El cocinero la
bebió de un trago, pero no experimentó ninguna mejoría.
-¿Estás
segura de haber seguido mis indicaciones al pie de la letra?
-preguntó.
-Sí.
Por cierto, era una receta de lo más extraña. ¿De dónde la has
sacado?
-Soñé
con ella anoche.
-¡Cómo
puedes hacer caso de los sueños como si fueran reales! Métete ahora
mismo en la cama y no te levantes hasta que estés curado.
Y
tenía toda la razón.
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anonimo cuento - 064
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