Había
una vez un reino devastado por los ratones. Incluso habían invadido
el palacio real. Tan terrible era la plaga que el rey anunció que
cedería la mitad de su reino a quien lo librara de los endemoniados
ratones.
Dos
muchachos oyeron la proclama que leía el pregonero y corrieron a
contarle la historia a su abuela, que era un hada. Esta les entregó
una trompeta mágica y les dijo:
-Que
la hija del rey, la princesita, sople la trompeta tan fuerte como
pueda.
Se
dirigieron a palacio para ofrecer la trompeta a la hija del rey.
Siguiendo los consejos de los dos chicos, ella sopló y sopló con
todas sus fuerzas. Ningun sonido salió de la trompeta.
El
anciano rey se llevó la mano a la oreja:
-¡No
oigo nada! ¡Vuelve a intentarlo con más fuerza!
La
princesita sopló aún más fuerte. Ni un sonido salió. En cambio,
los ratones pudieron oír un sonido tan delicado que ningún oído
humano era capaz de percibir. Huyeron del reino en busca de aquella
música de ensueño.
En
cuanto a los dos muchachos, heredaron, tal y como el rey había
prometido, la mitad del reino. La historia no cuenta lo que hicieron
con su parte.
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anonimo cuento - 063
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