Dos
carniceros acababan de comprar una vaca para llevarla al matadero. En
el camino, ella les dijo:
-Si
me dejáis vivir, os daré todas las noches leche buena y cremosa.
Los
carniceros escucharon a la vaca y, noche tras noche, tuvieron leche
buena y cremosa. Y la que no consumían, la vendían.
La
leche era tan buena que toda la gente del vecindario iba allí a
comprarla. Pronto, los dos carniceros se hicieron ricos. Compraron
una segunda vaca. Esta daba una leche tan extraordinaria como la de
la primera y, así, consiguieron suficiente dinero para comprar una
tercera, una cuarta vaca lechera, hasta reunir un rebaño.
Tuvieron
que buscar prados para que pastaran las vacas y tan ocupados estaban
con su nueva actividad que abandonaron su anterior oficio.
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anonimo cuento - 063
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