Hace
mucho tiempo, había un hada que quería hacerse un vestido blanco
para el baile del claro de luna. Sin embargo, no encontraba una tela
que tuviera el blanco puro y límpido que buscaba. ¿Qué podía
hacer?
De
pronto, se le ocurrió una idea. Tomó varios almohadones del palacio
de la reina, los subió al tejado y sacó todas las plumas. Tocó
después su silbato mágico para llamar al viento del norte. Sopló
el viento y se llevó, en un torbellino, todas las plumas, las
cuales, al rozar la tierra, se transformaron en copos de nieve de una
blancura inmaculada. Después, vació un saco de polvo de diamante e
invocó al viento del este. El viento no tardó en levantarse y lo
dispersó sobre la nieve, como si se tratara de una escarcha
refulgente.
El
hada cortó su vestido de la nieve recién caída, cubierta de polvo
de escarcha. Fue, sin duda, el más hermoso vestido del baile.
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anonimo cuento - 064
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