-¿No
os he hablado nunca de cuando estuve en el Ártico? -preguntó el tío
Andrés.
Le
contestaron que no y, entonces, continuó:
-Mis
dos compañeros se habían caído en la nieve y se habían roto un
tobillo. Tuve que andar kilómetros y kilómetros sobre la nieve en
busca de ayuda. Nadie, excepto yo, lo habría logrado. Al volver, en
el pueblo quisieron recibirme como a un héroe pero soy demasiado
modesto y no quise aceptar.
Al
decir esto, el tío Andrés resbaló con una cáscara de plátano.
-¡Socorro!
-gritó. ¡Me he roto un tobillo! Los niños tuvieron que hacer
esfuerzos para no echarse a reír. Pero les costó mucho.
0.999.1
anonimo cuento - 064
No hay comentarios:
Publicar un comentario