Jesús,
el granjero, acababa de comprar un tractor nuevecito para arar los
campos.
No
quiso desprenderse, sin embargo, de la vieja Daisy, la yegua que
había tirado del arado desde los tiempos de su padre. Una mañana,
se averió el tractor y el mecánico dijo que tardaría meses en
arreglarlo. Demasiado tarde, para entonces la época de la siembra
habría terminado.
El
granjero estaba desesperado, pues no podía dejar de arar la tierra.
Tuvo que conformarse con enganchar al arado a la vieja Daisy y,
encantada de volver a ser útil, la yegua aró el campo casi tan
rápido como lo habría hecho el tractor. El granjero estaba tan
agradecido que, en adelante, permitió a Daisy que volviera a tirar
del arado.
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anonimo cuento - 064
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