Había
un tigre viejo, que era el rey de los animales y tenía un hijo.
Antes de morir, le dio consejos al hijo pa que sea un buen rey, ¿no?
Y al último, le dice:
-Lo
que sí te digo que nunca provoquís al hombre. El hombre es el
animal más poderoso y cruel. Vos podís hacer todo, menos ofender al
hombre, porque te va a vencer y te va matar.
Bueno...
Muere el tigre viejo, ¿no? El hijo si hace rey. Mandaba a topos los
animales. Todos le tenían miedo. Él había quedau con la espina de
saber cómo era ese bicho que se llamaba hombre, ¿no?, que era tan
malo, que no había quén lo vencía.
El
tigre joven si ha puesto en camino, ¿sabe? Camina dos días y se
encuentra con un güey viejo, achacoso, ¿no?
Le
pregunta:
-¿Usté
es el hombre, amigo?
-No,
no. ¿Qué quiere con el hombre?
-Lo
vengo a buscar pa pelialo.
-No,
amigo, no se meta con el hombre. Yo era un toro muy bravo. Me enlazó
el hombre, me capó, mi amansó, m'hizo arar de la madrugada a la
noche hasta que mi ha dejau en el estado que estoy, medio muerto.
Sigue
el tigre. Camina un día y se encuentra con un caballo viejo y
enfermo, y le dice:
-¿Usté
es el hombre, amigo?
-No,
no. ¿Qué 'tá queriendo con el hombre?
-Lo
vengo a ver pa peliarlo.
-Pero,
amigo, no se meta con el hombre. Lo va embromar. A mí me enlazó en
las serranías, me capó, mi amansó y m'hizo trabajar toda la vida
hasta que quedé bichoco y me botó al campo.
-Así
será amigo, pero a mí no me va a vencer -le dice el tigre.
Sigue
el tigre y al fin se encuentra con el hombre, ¿no? 'Taba en el medio
'el monte, hachando. Cuando lo ve aparecer al tigre se lleva un gran
susto, pero disimuló.
-¿Usté
es el hombre, amigo? -es que le dice el tigre, ¿sabe?
-Sí
-que le dice el hombre. ¿Qué se li
ofrece?
-Vengo
a pelialo para ver cuál de los dos vence -dice.
-Muy
bien, amigo, pero yo pelio con razones no más.
-Bueno,
amigo, largue no más sus razones.
Áhi
el hombre que ha agarrau un fusil, ¿sabe?, que tenía afirmau en el
tronco di un árbol, ¿no?, y que le dice:
-Áhi
va una razón.
Le
larga un tiro, ¿no? Lu hace cair di antarca y le saca limpita una
oreja. Áhi se levanta revolcandosé y se dispara, ¿sabe?
El
tigre si ha vuelto a su casa, ¿no?, y que les decía a los otros
tigres:
-Tenían
fundamentos los consejos de mi padre -dice. El hombre, con una sola
razón, cuasi mi ha muerto -dice. Si me larga otra me entierra y ni
el cuento puedo contar -dice. Nu hay que meterse con el hombre, es el
animal más poderoso.
Eulogio
Tejada, 68 años. Villa Unión. General Lavalle. La Rioja, 1968.
Excelente
narrador. Trabaja como peón en los viñedos de la comarca.
Cuento
565. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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anonimo (argentina) - 048
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