Era
cuando recién los animales lu han conocíu al hombre. Se encontró
el hombre con el caballo. Se saludaron. Y entonce el caballo le dijo:
-¿Usté
es el hombre?
-Sí
-que le dice el hombre y medio lo adivinó a lo que venía, y a mí
nadie me domina.
Y
dijo el caballo, entonce:
-Bueno,
vamos a ver si nadie lo domina.
Entonce
quedaron un día de probarse, tenían que peliar o hacer alguna cosa
de fuerza.
Y
el hombre, claro, como de costumbre, sacó el lazo, lo enlazó, lo
voltió, lo capó, y lo ató al palenque. Y el caballo hacía fuerza,
pero el hombre lo ha embozalado, lo ha ensillado y lo ha montau,
todavía. Y así lo domesticó. Y ya lo soltó. Ya 'taba mansito y lo
soltó. Y ya lo soltó estragau, como decimos.
Y
se encontró el caballo con el toro. Se saludan y le preguntó el
toro:
-¿Qué
te pasa, amigo?
Y
el caballo le contó que si había encontrau con el hombre, y que lo
había dominau, y que al hombre nadie lo domina. Y el toro se enojó,
y lo quería conocer al hombre, y ha dicho:
-A
mí tampoco nadie me domina. ¿Cómo puede ser que me domine el
hombre?
Llegó
la ocasión que se encontraron el toro con el hombre. Y se saludaron.
Y que le dice:
-¿Usté
es el hombre?
-Sí
-que le dice, y a mí nadie me domina.
-Yo
soy el toro, y a mí tamién nadie me domina.
-Y
vamos a ver si nadie lo domina -dice el hombre.
Y
ya se citaron un día para encontrarse, pa ver quién dominaba.
Tenían que peliar o hacer algo de fuerza.
Y
se encontraron. Hizo lo mismo el hombre. Sacó el lazo, lo enlazó,
lo voltió y lo capó. Lo domesticó, lo enyugó y lo hizo arar. Al
último tamién lo largó, tamién estragau.
Y
se encontraron el toro con el tigre. Se saludaron y el tigre le
preguntó qué le pasaba que 'taba tan flaco. Y le dijo lo mismo que
el caballo.
-El
hombre me ha puesto así. Al hombre nadie lo domina.
Y
el tigre se enfureció y quedó con deseo de encontrarse con el
hombre y hacerle ver que él podía dominar.
Y
llegó un día que lo encontró el tigre al hombre. Y tamién se
saludan. Y le pregunta:
-¿Quién
es usté?
-Yo
soy el hombre.
-¡Ah!,
¿usté es al que nadie lo domina?
-Sí,
nadie me domina.
Y
bueno. Áhi quedan tamién de encontrarse y peliar, y ver quén
domina. Y se han citau un día en un lugar. Y llegó la fecha. El
hombre tomó una carabina y se ha ido al lugar donde se tenían que
encontrar. Y se encontraron, y el hombre le dijo al tigre:
-¿Cómo
hace usté para enojarse?
Y
el tigre le contestó que tenía tres bramidos. Y el hombre respondió
que tamién él tenía tres bramidos, y que después de los tres,
tenían que agarrarse. Y el tigre bramó primero. El primero era
bajo, el segundo más fuerte y el tercero ya fue espantoso, y sacudía
las hojas de los árboles, y caían. Terminó los tres bramidos el
tigre y empezó el hombre, y le dijo:
-Mire
bien -y el tigre lo miró.
Y
el hombre le apuntó y le pegó un balazo en la frente. Y el tigre
disparó, salió disparando. Y el hombre que le dice:
-Oiga,
amigo, faltan dos.
Y
el tigre dijo:
-Que
falten -y se disparó.
Y
después ya si ha perdíu.
Y
en esa forma el hombre se hizo conocer con los animales, que nadie lo
domina, como hasta el actual, que nadie lo domina.
Jacinto
Cala, 40 años. Agua Caliente. Cochinoca. Jujuy, 1958.
El
narrador es agente de policía en la Mina Aguilar. Es un gran
narrador. Todos sus cuentos han sido aprendidos en la Puna.
Es
descendiente de familia indígena.
Cuento
561. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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