Aquella
noche, el papá y la mamá de Javi tenían que salir y su prima Sonia
iba a quedarse con él, como de costumbre.
-Pórtate
bien, Javi -recomendó mamá.
Papá
y mamá salieron y llegó la hora del baño. Por más esfuerzos que
Sonia hacía, Javi no dejaba de salpicarlo todo de agua. Dejó todo
tan empapado que la pobre Sonia tuvo que secarlo todo con la fregona.
Javi, entonces, aprovechando que estaba distraída, se puso el pijama
y bajó a la cocina.
Decidió
prepararse un bocadillo, pero organizó tal desorden que, en cuanto
terminó con el cuarto de baño, Sonia tuvo que ponerse a limpiar la
cocina.
Al
terminar, la pobre estaba tan cansada que se quedó dormida.
¡Cuál
no sería la sorpresa de los padres de aquel diablillo cuando, al
volver a casa, encontraron a Javi delante del televisor y a Sonia,
profundamente dormida, en la cama de Javi!
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anonimo cuento - 064
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